Enfermedades de la próstata

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    ¿Qué son las enfermedades de la próstata?

    La próstata es un órgano del sistema reproductor masculino. Es una glándula, con forma de castaña, colocada debajo de la vejiga y por delante del recto. La uretra (conducto por donde sale la orina) atraviesa la próstata por el centro, de manera que la orina sale de la vejiga atravesando la próstata. Las posibles enfermedades de la próstata comprimen la uretra y producen molestias al orinar.

    Las tres enfermedades que se desarrollan más frecuentemente a partir de la próstata son:

    • Hiperplasia Benigna de Próstata (crecimiento benigno)
    • Cáncer de próstata (crecimiento maligno)
    • Prostatitis (infección): es una inflamación de la próstata producida habitualmente por una infección bacteriana. Es muy frecuente y afecta del 15% al 20% de los hombres en algún momento de su vida.

    Diagnóstico

    Varias pruebas ayudan al médico a identificar el problema y elegir el mejor tratamiento.

    • Tacto rectal: por lo general, este examen es la primera prueba que se realiza. El médico introduce un dedo enguantado en el recto y palpa la próstata, que se encuentra justo enfrente del recto. Este examen le da al médico una idea general del tamaño y condición de la próstata.
    • Prueba de sangre: puede ser que el médico quiera hacerle una prueba de sangre para detectar el antígeno prostático específico (PSA). Un nivel alto de PSA puede ser una señal de cáncer de próstata. Sin embargo, esta prueba no es infalible. Muchos hombres con niveles altos de PSA no tienen cáncer de próstata.
    • Imágenes radiográficas: es posible que el médico recomiende realizar una radiografía o una ecografía de la próstata. La pielografía intravenosa (IVP) es una radiografía de las vías urinarias. Para la IVP, se inyecta un colorante de contraste en una vena. Luego, cuando el colorante sale de la sangre y entra a la orina, se lo puede observar en la radiografía. En la ecografía rectal, se introduce una sonda, o catéter, en el recto para enviar ondas sonoras que rebotan de la próstata.
    • Uroflujometría: se le pide al paciente que orine dentro de un aparato especial que mide la rapidez con que fluye la orina. Un flujo reducido puede indicar BPH.
    • Cistoscopia: otra manera de identificar un problema desde el interior consiste en utilizar un cistoscopio. El cistoscopio es un tubo delgado que tiene lentes como un microscopio. El tubo se introduce en la vejiga a través de la uretra mientras el médico mira por el cistoscopio.

    Es importante realizar un correcto diagnóstico diferencial para indicar el tratamiento apropiado.

    ¿Cómo se trata?

    Hay una amplia variedad de tratamientos disponibles para las enfermedades de la próstata, entre ellos, terapias mínimamente invasivas y cirugía. La mejor opción de tratamiento va a depender de varios factores:

    • El tamaño de la próstata
    • La edad del paciente
    • Su estado de salud en general
    • El grado de molestias o trastornos que está padeciendo

    Entre las alternativas de tratamientos se encuentran:

    • Medicamentos: los medicamentos son el tratamiento más frecuente para los síntomas leves a moderados del agrandamiento de próstata. 
    • Terapia mínimamente invasiva o quirúrgica: la terapia mínimamente invasiva o quirúrgica puede recomendarse si:
      • El paciente tiene síntomas de moderados a graves
      • Los medicamentos no han aliviado los síntomas
      • El paciente tiene una obstrucción de las vías urinarias, cálculos en la vejiga, sangre en la orina o problemas renales
      • Si el paciente busca un tratamiento definitivo
    • Terapia con láser: un láser de alta energía destruye o elimina el exceso de tejido prostático. La terapia láser generalmente alivia los síntomas de inmediato y tiene menos riesgo de efectos secundarios que la cirugía sin láser. La terapia láser puede usarse en hombres que no deberían someterse a otros procedimientos prostáticos porque toman medicamentos anticoagulantes.
    • Prostatectomía abierta o asistida por robot: el cirujano realiza una incisión en la parte inferior del abdomen para alcanzar la próstata y extraer tejido. La prostatectomía abierta generalmente se hace si el paciente tiene una próstata muy grande, daños en la vejiga u otras complicaciones. Normalmente, la cirugía requiere una breve estancia hospitalaria y está asociada con mayor riesgo de requerir una transfusión de sangre.

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